El tema es muy controversial y delicado, así que hablaré desde mi humilde punto de vista de la iniciativa de ley de la despenalización del aborto en el D.F. Mi intención no es ofender a nadie, mucho menos "convencer" de mi visión del asunto, solo es mi particular punto de vista.
En el D.F. existen tres razones para interrumpir el embarazo legalmente:
a) Violación
b) Grave daño a la salud de la mujer
c) Malformaciones del producto
Lo que se discute actualmente en la Asamblea Legislativa es otra causal:
“cuando a juicio y solicitud de la mujer se interrumpa el embarazo durante las primeras 12 semanas de gestación”.
El argumento de los que están en contra de la iniciativa de la despenalización del aborto, es el respeto por “la vida” de un ser inocente que no tiene cómo defenderse, que no pidió ser creado, y que por ende tiene derecho de nacer sin importar si es deseado o no.
La contraparte opina que el aborto es el derecho de una mujer para actuar sobre su cuerpo, sobre su vida y el curso de ella.
Personalmente pienso que ser madre es un trabajo que debe ejercerse a conciencia, con la plena certeza de querer serlo, es una decisión voluntaria, no "obligada". Porque obligar a una mujer a ser madre es contraproducente. Pensemos en la clase de vida que tendrá ese bebé que ha sido rechazado desde el vientre, que no ha sido no deseado ¿Es justo para él venir al mundo a sufrir rechazo, maltratos o extremas limitaciones económicas? ¿Estamos o no a favor de "la vida"?
Ahora, el fenómeno del aborto ha existido con, o sin las penas que la ley impone. Las estadísticas de abortos en países donde éste está penado son altísimas, asimismo los índices de mortandad de jóvenes adolescentes y de precaria situación económica que se someten a ello. Las mujeres más afectadas son entonces las que por su condición económica lo practican en condiciones clandestinas e insalubres. El negocio del aborto clandestino es fuerte, y lo vemos anunciado en periódicos de circulación masiva TODOS los días, lo pongo en evidencia con las siguientes imágenes:
Con esto no me pronuncio a favor del aborto, sino a favor de la
calidad de vida tanto de la mujer como del bebé que nacerá, de la
tolerancia y
respeto por las decisiones personales de una mujer. Hasta no estar en los zapatos de una mujer que ha decidido poner fin a su embarazo, no podemos juzgar su decisión.
Sin embargo, el aborto no debe verse como un método anticonceptivo, pienso que la despenalización es solo el principio de una política que debe apuntar a campañas más fuertes de anticoncepción, de conciencia, de capacitación laboral, de apoyo económico, de apertura de oportunidades; para que llegue el día en el que ninguna mujer tenga que recurrir a ésta penosa decisión de interrumpir su embarazo.
Y repito, no estoy a favor del aborto, creo que nadie lo está, ni siquiera las mujeres que se han visto obligadas a ello.
"Mi conciencia rechaza totalmente el aborto pero mi conciencia no rechaza la posibilidad de que la ley no lo considere delito”
Monseñor Alberto Iniestra, obispo auxiliar de Madrid, en 1985 cuando se despenalizó el aborto en España.
Me gustaría mucho que me dejen su opinión. Un beso, y ¡hasta el próximo post!